El envión de Cerámica Stefani

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En 508 entre 28 y 30, 180 trabajadores ocupan la fábrica textil Sniafa. No cobran hace varios meses y hasta la electricidad está cortada por falta de pago, pero no recibieron telegrama de despido ni notificación alguna. Ocurre a pocas cuadras del Estadio Ciudad de La Plata, en el que siguen invirtiéndose millones, ante el silencio de la mayoría de los medios y el desconocimiento de casi todos.

Menos aún se sabe lo que sucede en la fábrica de ladrillos huecos Stefani de Cutral Có, Neuquén: después de varios meses de lucha, fue puesta en marcha por sus operarios y volvió a ser una fuente de producción y trabajo. En esa tierra patagónica estuvo La Pulseada, gracias a los fotógrafos de “Son miradas” y al periodista Elio Brat.

 

El cielo del último Año Nuevo encontró a los trabajadores cutralquenses de la Stefani amuchados en la ruta nacional 22, frente a la puerta de la fábrica, repartiendo volantes. Ese cielo neuquino también techó el acercamiento a la ruta de estudiantes y otros trabajadores solidarios, para engordar la esperanza al calor de una buena olla popular, bajo la luna. Es que el 28 de diciembre del año pasado, los directivos de Cerámica Stefani abandonaron la planta industrial de Cutral Có con la excusa de una crisis financiera que nunca se demostró. Pese a los pedidos de los 60 obreros que trabajan allí para acceder a los libros contables, lo único que les mostraron en esa instancia son unas planillas donde, por ejemplo, el precio real en gastos de arcilla aparecía triplicado. “Fue un informe absolutamente inflado que intentaba justificar una crisis que en la empresa no existe”, evalúa Mariano Pedrero, abogado del Sindicato Ceramista de Neuquén.

Organizados, pelearon duro para que se destrabara el conflicto y pudieran cobrar los salarios de noviembre pasado que, al cierre de esta nota, aún les deben. Asistieron a más de veinte reuniones y audiencias en la Secretaría de Trabajo, donde afloraron las escasas intenciones de la patronal para superar el conflicto. Incluso el gerente de la planta debió ser llevado por la fuerza pública a una audiencia después de que el Ministerio de Trabajo declaró “en rebeldía” a la patronal. En tanto, el abogado de Stefani, Darío Tropeano ─ligado al gobierno del Movimiento Popular Neuquino─, concurrió a pocas audiencias y apostó a dilatar el conflicto: quería que los trabajadores regresaran a sus puestos para recién entonces discutir el pago de la deuda. La respuesta se tradujo en movilizaciones y apuesta redoblada: pago inmediato de salarios adeudados y puesta en funcionamiento de la fábrica sin la pérdida de ningún puesto de trabajo.

Los hermanos Stefani manejan una empresa que invirtió fuerte en Neuquén, a cambio del permiso para extraer la arcilla necesaria para su producción e instalarse allí. Pero la firma fue arrastrada por la convocatoria de un nutrido grupo de acreedores de la otra planta productora que desde 1955 los Stefani tienen en el partido bonaerense de Moreno. Las ganancias de la planta sureña se destinaban al conurbano bonaerense.

En los últimos meses, el gobierno provincial de Jorge Augusto Sapag se deshizo en solidaridad para con los Stefani. Los beneficios que les ofreció van desde condonaciones de deuda hasta saneamiento de los servicios energéticos de la fábrica, un punto clave para toda productora de cerámicos. En cambio, las 60 familias de los obreros fueron abandonadas tanto por sus empleadores como por el gobernador, el intendente, Ramón Ríoseco, los concejales cutralquenses y la Unión Industrial de Neuquén.

 

Barro y cielo

El envión obrero se abrió paso por el nuevo año. Si bien en marzo el Concejo Deliberante local consideró “inviable” un proyecto de ordenanza presentado por los trabajadores (y respaldado por 2.480 firmas) para forzar la estatización de Stefani, hubo una buena noticia: se aceptó el punto de la iniciativa que planteaba hacer un plebiscito. La Municipalidad y el propio Concejo lo desalentaron, pero los trabajadores lograron que 3.047 personas avalaran con su firma la realización del referéndum por el SÍ o el NO a la expropiación de la fábrica. En un hecho inédito en Cutral Có, se hizo en julio y entusiasmó.

Mientras, mirándose en el espejo de sus pares de la Fábrica Sin Patrones (FaSinPat, ex Zanón), expropiada tras 8 años por la Legislatura neuquina, el 20 de mayo en Stefani hubo una gran asamblea, acompañada por vecinos y organizaciones solidarias: “… Los gobiernos provincial y municipal –expresaron después en un comunicado─ se han mantenido impotentes de generar una solución a nuestro conflicto. Destinan millones a empresarios como los hermanos Stefani, que no han podido demostrar la crisis que dicen tener… porque en la realidad no la tienen (...). Se roban la escasa agua potable de nuestra ciudad como así nuestros aportes de obra social, jubilatorios y nuestros salarios. Por todo esto hemos definido en asamblea que los trabajadores pondremos en producción la fábrica, porque hace 6 meses esta patronal intenta quebrarnos, jugando con el hambre de nuestros hijos y esposas”.

Y los hornos volvieron a nublar el cielo con el humo del trabajo. Del trabajo bajo control obrero. Y los metros cuadrados de ladrillos huecos no dejan de salir de la Stefani. De la Stefani de los trabajadores. “Dijimos basta de esperar ─plantearon los ceramistas de Cutral Có al día siguiente─. En Cutral Có y Plaza Huincul sabemos lo que significa que un trabajador pierda su trabajo. Ya lo vimos con YPF. Por eso ayer las máquinas comenzaron nuevamente a producir ladrillos huecos. Los obreros y las obreras de Stefani no vamos a dejar que la fábrica se transforme en un galpón vacío, en un cementerio de chatarra (…). Estamos decididos a pelear (…). Hoy fue un día histórico en el que el ruido de las máquinas en marcha nos cambió el ánimo”.

 

“Sentimos el respaldo del pueblo”

El “referéndum por los obreros y las obreras de Stefani” se hizo el 4 de julio y vino a mitigar el gusto a derrota que el 0-4 contra Alemania había dejado el día anterior, de Ushuaia a La Quiaca. Para que el resultado fuera vinculante (es decir, que generara obligaciones), de un padrón de más de 26.042 personas habilitadas debían concurrir a votar 13.021 (el 50%) y la opción mayoritaria debía sumar el 50% más uno. O sea, 6.511 votos. La propuesta era demencial, teniendo en cuenta que en la última elección a intendente la suma total de votos ni por asomo llegó a la mitad del padrón, y el actual jefe comunal obtuvo unos 4.600 votos.

Los vecinos respondieron al plebiscito pese a que los medios y las instituciones públicas jugaron a favor del fracaso de la convocatoria. Por el SÍ votaron 5.008 vecinos. Por el NO, apenas 46. Hubo un sólo voto en blanco, 3 fueron nulos y otros 4, recurridos. No se llegó al piso de 6.511 votos necesarios para que el resultado fuera vinculante.

Pero la buena cantidad de cutralquenses que apoyaron a sus obreros sorprendió y para los trabajadores de Stefani el resultado es “una clara victoria de los que luchamos por el trabajo genuino”. Además, cuestionaron al gobierno y a los medios por haber desestimado la expresión popular y argumentado que poca gente había ido a votar: “Si de legitimidad se trata ─expresaron en un documento─ recordamos a la población que ningún concejal del municipio, a pesar de los millones que gastan en sus campañas, de las prebendas y de que las elecciones son obligatorias, obtuvo en las últimas elecciones más votos que los obreros de Stefani en las elecciones no obligatorias del reciente referéndum”.

En sus palabras finales, el mismo escrito da cuenta de que el vigor popular persiste: “…Este es el respaldo que sentimos del pueblo de Cutral Có. Y con esta renovada fuerza vamos a exigir que las autoridades debatan nuestro proyecto de expropiación para que 60 familias no perdamos el puesto de trabajo y que se cierre una fábrica que produce los cerámicos necesarios para las viviendas, las escuelas y los hospitales que la población necesita. Agradecemos a la comunidad y convocamos a seguir apoyando nuestra lucha”. Si un cielo sabe de lucha, ruta y barro, ése es el cielo de Neuquén. El envión está vigente y fosforece en una línea que une YPF, Zanón y Stefani, y se vislumbra desde Sniafa.

Nota elaborada sobre la base de datos aportados por Elio Brat

 

Vivir una fábrica recuperada

Por Florencia Castilla *

Para quienes hemos vivido los años de lucha que hasta hoy llevan adelante los obreros de Cerámica FaSinPat (ex Zanón), no es de extrañar que, ante la ofensiva patronal de declararse en quiebra, los obreros de Stefani hayan optado por el camino de tomar la fábrica y continuar con la producción. No sorprende porque existen en el país más de 200 fábricas recuperadas, que demuestran día a día que SI se puede trabajar sin patrón. A la vez, pareciera que el vaciamiento y la quiebra de las fábricas son opciones recurrentes por parte de los empresarios y consideradas económicamente “legítimas”.

Motivados por la idea de acercarnos al conflicto de Stefani a través de la fotografía, viajamos hasta Cutral Có y visitamos la fábrica. Nos recibió el trabajador Segundo Inostroza, que comenzó el recorrido relatando cómo fueron los seis meses en los que la producción estuvo parada. Situados donde yacían maquinarias y vehículos viejos y rotos, fotografiamos lo que a nuestro criterio mostraba el abandono por parte de la patronal. Ya dentro de la fábrica, los sonidos de las máquinas en movimiento y el polvo de ladrillo del sector de molienda nos transmitieron sensaciones muy diferentes a las del escenario anterior. El aire de abandono fue dejado atrás por la urgencia y la energía que esos galpones transmitían. Lo que hacía funcionar las máquinas no era una consigna política o ideológica sino la necesidad de 60 familias de mantener su fuente de ingreso, luchar por su presente y su futuro.

Luego entramos en un galpón oscuro y frío donde se colaban algunos rayos de luz. A lo lejos, entre columnas de ladrillos, una decena de obreros trabajaba en la selección de los ladrillos de primera calidad y desechaba los restantes. Sin perder el ritmo en sus labores, los obreros nos comentaron su situación y comprendimos que cada uno de ellos trabaja enteramente por su causa, las 24 horas del día. Son obreros y administrativos, padres y compañeros que, de antemano, sabían que el camino hacia la expropiación de la fábrica sería el más largo y duro. Sin embargo, no bajan los brazos, gracias al apoyo de sus familias y de varias organizaciones.

El recorrido finalizó en el comedor, donde compartimos un almuerzo con los trabajadores y la gente que los acompaña en su lucha. En ese momento, muchos se alistaron para salir a repartir volantes casa por casa, para informar sobre el referéndum que en pocos días se iba a realizar para defender una fuente de trabajo tan importante para muchos jóvenes de Cutral Có y Plaza Huincul. Una región que en los noventa tuvo que ver, con el cierre de YPF, cómo los proyectos y sueños de muchas personas quedaban en el camino. Finalmente, cumplimos el cometido que teníamos con nuestras cámaras fotográficas y, a decir verdad, nos llevamos más sensaciones de las que esperábamos encontrar. Sobre todo la experiencia de haber vivido una fábrica recuperada.

* Integrante del grupo fotográfico “Son miradas”

 

 

“Crear dos, tres… muchos Stefani” es la consigna

Por Elio Brat *

El título se lo pedimos prestado a Ernesto Che Guevara, cambiando la frase que este grande pronunció en 1967 en su “Mensaje a los pueblos del mundo” a través de la Tricontinental. Sólo cambiamos el lugar y pusimos Stefani por Vietnam, acompañado por otra frase de José Martí que dice “Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”.

Y esa luz, la que nos sigue llegando de Cutral Có a todos los que estamos atentos a las experiencias de nuestro pueblo, no tengo ninguna duda que, de estar vivos, hubiera sido apoyada incondicionalmente tanto por el obispo neuquino Jaime Francisco de Nevares, como por el padre platense Carlos Cajade. Y también, qué duda cabe, por otro inolvidable cura del pueblo: Carlos Mugica. Y desde su Córdoba revolucionaria, por el lucifuercista Agustín Tosco. Y René Salamanca, Roberto Santucho, el Paco Urondo, Rodolfo Walsh, Haroldo Conti y el brillante irlandés Patrick Rice, que se fue hace muy pocos días. Pero tampoco me quiero olvidar de grandes de la historia argentina que también hubieran votado por el SI a Stefani el pasado 4 de julio: José Font, más conocido como Facón Grande en La Patagonia Rebelde de 1921; como el irremplazable Antonio Soto Canalejo, nuestro querido Gallego Soto de Río Gallegos y la chilena Punta Arenas. Y el joven justiciero Simón Radowitzky se hubiera escapado nuevamente del penal de Ushuaia para votar en Cutral Có. Seguro… Y si nos vamos más a la Historia Grande de América Latina, el inmenso Augusto Sandino, nuestro Che Guevara, Camilo Torres y el unicornio de Roque Dalton… No tengo ninguna duda de que hubieran ido a votar por el SÍ y se habrían sumado a la olla popular frente a la fábrica, hoy puesta nuevamente a producir por sus 60 compañeros y compañeras ceramistas. Porque así como Zanón sigue siendo el camino a seguir para el Hombre Nuevo que nos sigue cantando Daniel Viglietti, Stefani está en la misma senda, porque “la senda está marcada…” (termínenla ustedes si saben la canción y, si no, pregúntenle a algún compañero, que seguro les va a decir cómo es el final).

En la corta pero muy efectiva “campaña electoral” que se realizó en Cutral Có para el plebiscito, mucha gente puso el cuerpo, recorriendo casa por casa la ciudad petrolera y su vecina Plaza Huincul, lugar donde cayó asesinada por las balas de la policía de Neuquén la trabajadora doméstica Teresa Rodríguez (25 años) el 12 de abril de 1997, en una de las jornadas del “segundo Cutralcazo”. Y uno de los barrios donde se habló mano a mano con la gente en Cutral Có también fue donde nació y vivió apenas 18 años el soldadito Omar Octavio Carrasco, asesinado en un cuartel del Ejército Argentino, el 161 de Montaña de Zapala, el 6 de marzo de 1994.

Pero también quisiera dejar registrados algunos reconocimientos especiales. No sólo por responder a gente “más conocida”, sino por el valor que tiene haber puesto el cuerpo en una causa como la lucha de los obreros de Stefani. Al arquerito de River Plate, el Chino Daniel Vega, nacido y criado en el mismo pueblo donde los obreros buscaron el SÍ de sus vecinos, un gran abrazo. También al conductor televisivo y radial de Coronel Suárez Alejandro Wiebe, más conocido como Marley, por el mensaje grabado en Buenos Aires. Y, desde la misma capital porteña, al periodista Osvaldo Principi, por el mensaje de apoyo.

Y creo muy justo reconocer públicamente el trabajo militante, poniendo el cuerpo desde que se inició el conflicto, de compañeros y compañeras del Partido de los Trabajadores Socialistas, que caminaron al lado de los obreros de Stefani y, paso a paso, hicieron que el conflicto entrara en la piel de los vecinos de Cutral Có y toda la gente de Neuquén y Río Negro, además de intentar hacer nacional la lucha de los ceramistas neuquinos. Finalmente, el reconocimiento a la Comisión de Mujeres de Stefani, que desde dentro de la fábrica o al lado de sus compañeros de vida, ganaron la calle y rabiosamente defendieron a sus maridos y al futuro de sus hijos. Porque esas mujeres, allí en Cutral Có, al igual que las de Zanón en Centenario y en Neuquén capital, han entrado en la Historia por la puerta grande de la dignidad y la valentía.

* Desde Neuquén capital, a 110 km. de Stefani

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