El Proyecto Suelo, Riesgo y Paisaje es una iniciativa interdisciplinaria que trabaja, desde 2019, en torno al humedal del Arroyo El Pescado. Se trata de un paisaje protegido declarado de interés provincial y uno de los diez paisajes que poseen esta denominación en territorio bonaerense. La Pulseada Radio habló con una de sus coordinadoras.
«Hay muy pocos paisajes protegidos en la provincia. El arroyo Pescado es la cuenca más extensa de la región, nace en tierras rurales a la altura de Arana, pasa por Parque Sicardi, sigue por Berisso y termina en el Río de La Plata. Es el único de la región que termina en el río. Es muy importante por su diversidad biológica y por su poco grado de contaminación, pero está amenazado por el proceso de urbanización que se dio a su alrededor», detalló la arquitecta Daniela Rotger, coordinadora del proyecto, en La Pulseada Radio.
Actualmente, quienes integran el proyecto realizan caminatas de avistaje y recorridos participativos con niños y adultos por el lugar y están produciendo un cortometraje Trayectorias anfibias en el que se reflejen las distintas trayectorias de las y los habitantes del humedal (personas, flora y fauna), poniendo en relieve la complejidad de las interacciones bióticas que allí se dan, las trayectorias de cada forma de vida, y sus puntos de encuentro/desencuentro. Allí se trabajará no solo desde registros documentales sino también de ilustraciones y collages.
Uno de los motivos que permitió que la zona de mantenga con bajos niveles de contaminación es que durante mucho tiempo fue «poco antropizada», es decir que no se registró actividad humana invasiva. Sin embargo, en los últimos años se fueron instalando en sus inmediaciones grandes loteos en zonas inundables. El compromiso de grupos de vecinos organizados es clave para su preservación: «Hay una comunidad muy conocedora de la importancia de este arroyo y que lo valora».
Según describen desde el proyecto, hoy conviven en el ambiente del humedal del arroyo El Pescado, habitantes recientes, con los más antiguos, afincados allí en la segunda mitad del siglo XX como lugar de segunda residencia, en un sitio que también tiene un patrimonio cultural vinculado a lo ferroviario, y a monumentos y edificios que la colectividad italiana erigió para fundar allí una villa vacacional a fines del siglo XIX.