Toque, maestra

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¿Cuántas trabas, presiones y comentarios misóginos tienen que sufrir las mujeres tangueras? La Pulseada conversó con Noelia Sinkunas y Elbi Ollala, dos músicas compositoras que se hicieron lugar a los codazos con el machismo.

Nota central > Tango sin abuso

Por Luciana Petrocchi

Noelia Sinkunas (foto) empezó a escuchar y tocar en su casa natal berissense, tras guitarreadas familiares domingueras y el legado de un abuelo y padre tangueros. Fue con ellos que salió a escena para acompañar cantantes e iniciar su propia búsqueda. Hace seis años se mudó a Buenos Aires y desde entonces participa del colectivo “Alto Bondi”, una banda cooperativa que compone repertorio de nuestro “Tango del siglo XXI” de forma grupal. Además integra el trío de músicas y músicos que acompaña a Cucuza Castiello en las milongas del bar “El Faro”. En esos y otros escenarios, se ponen en juego relaciones de poder más o muy poco igualitarias, y como un arma actualmente presenta su primer disco solista “La nada mirar”, una producción que representa su manera de ponerse al frente. La Pulseada conversó con ella y con la pianista, compositora y letrista Elbi Ollala, integrante de la formación Altertango.

L.P: –Está más aceptado que las mujeres se desempeñen como cantantes, el problema se visibiliza cuando la mujer ocupa el rol de la composición, dirección u otros instrumentos como el piano…
Noelía Sinkunas: –Sí, a los hombres les da como un temor a la dirección femenina. En el contrabajo conozco varias chicas, pero pocas. Los primeros años costó mucho, y estaba presente la duda, por ahí alguien que no sabe de música no va a confiar en mí, va a confiar en el hombre, con el que se lleva bien, en el compinche, me pasaba eso, ahora ya no.

Elbi Olalla: «Si sos de las que conducen sos ‘mandona’, ‘jodida’, pagas a veces un costo alto.

Elbi Olalla: –De todas maneras y guiándome por la cantidad de mujeres que se ven circulando artísticamente, me parece que el rock está peor, por lo menos nosotras somos cada vez más, el rock no avanza mucho en eso. Hace un par de días leí un “tweet” de un periodista de rock que decía que el rock estaba sano y gozando de buena salud, y nombraba como a 10 bandas, en ninguna tocaba ni una mina, vos no podes hablar de tango siglo XXI sin nombrar a Dolores Sola, a Cintia Trigo, a Natalia Lagos, a Noe, a nosotras.

En torno a las construcciones machistas sobre la femineidad se visibilizan los prejuicios con los que permanentemente establecemos la pulseada.
E.O.: –Si sos de las que conducen, como yo, sos «mandona”, «jodida «, pagás a veces un costo alto. Se da por sentado que el mundo se divide entre las mujeres rompebolas, proactivas y mandonas y las buenitas que son dóciles y que dejan entrever fragilidad. Están presentes en la sociedad, no somos compartimentos estancos, vamos mejorando a medida que la sociedad también avanza en estos temas más o menos igual.

N.S.: –También sucede que digan: “No, no llamo a una mina porque me arma quilombo”. Si fuese hombre también sería quilombero.

En escena

Noelia recuerda cuando a los 18 la llamaron de una compañía de tango con seis cantantes, bailarines y elenco para salir de temporada en el Café Tortoni. “Ensayamos bárbaro, y cuando viene el director artístico a ver, ni escuchó, y me dice, ‘no, no. Yo no puedo permitir que haya una chica en el piano, tan joven. Visualmente necesitamos el maestro de piano, discúlpame’. Ese año no toqué, al año siguiente me vuelve a llamar, ensayamos y luego me pidió disculpas públicas delante del elenco, diciendo que se había equivocado conmigo, que no me había escuchado tocar”, recuerda.

Siempre te dicen ‘¿cómo?, siendo mujer!!” Una vez la escuché a Marilina Bertoldi diciendo que la mujer tiene la presión dentro del ámbito artístico de ser excepcional. No podés ser medio, tenés que romperla. Yo no sé si la rompo, tengo una forma mía y soy yo, quiero ser yo, fiel a mí misma. Pero siendo mujer tenés esa presión, es una locura”, agrega .

-¿Qué es ser feminista?
N.S.: –Para mí “La nada mirar” fue por ese lado, yo siempre quise hacer un disco de piano solista instrumental, hay un montón de voces que te dicen que no, que cómo, que siendo mujer, que subirse al escenario, sola, sin un cantante varón. Y yo me pregunté, ¿no puedo hacer tango instrumental feminista? Ese espacio me lo quiero construir yo, no en el deseo del otro, sino buscando mi propio deseo. ¿Qué es ser feminista? Para mi subirme a un escenario siendo mujer y tocando tango ya me parece un acto feminista y con un poco de resistencia ante los modelos de cómo debe ser el tango, y lo legitimo con mi voz.  


Encuentro de mujeres pianistas

Durante mayo y junio se organiza en Buenos Aires, Mendoza y San Juan “Pianas, 1er Encuentro de Pianistas Mujeres”, un espacio formativo que aborda los arreglos del tango con las sonoridades actuales, abiertas a otros géneros, y las sonoridades emergentes. La pianista, compositora y arregladora Maria Laura Antonelli es una de sus organizadoras.

Buscamos un nombre que represente esta situación del género, “Pianas” viene de querer organizar eventos musicales entre mujeres, por una simple razón: normalmente se da por sentado que los espacios son de ellos. Ellos tienen acceso a cualquier tipo de espacio profesional per se. Más allá de su formación, como son hombres el acceso es directo. Así que organizamos esta fecha entre nosotras para dar visibilidad a lo que hacemos”, cuenta a La Pulseada.

¿Cuáles son esos espacios profesionales donde de diversos modos se dificulta el ingreso femenino?
–Cualquier espacio donde quieras hacer algo «sola». Cuando no hay una presencia masculina en tu proyecto o en tu iniciativa que lo «avale» en general vas a recibir posiblemente una negativa o una tirada de onda. No digo en todos los casos, digo en la gran mayoría. Entonces vimos que a muchas nos pasaba lo mismo, salvo en espacios generados por mujeres que también lo sufrieron y lo sufren a diario a pesar de estar a la cabeza de su lugar. Espacios culturales, físicos o simbólicos, a veces es el espacio que te dan para contar una idea, a veces se trata de una fecha, a veces es el trato que recibís en cuanto a nivel profesional, se duda de vos y tenés que repetir varias veces las cosas para que reafirmen que lo hiciste vos, vos sola, que es tuyo, que vos lo compusiste.

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