Volver a habitar Villa Elvira

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Volver a habitar es un proyecto encabezado por el artista callejero Luxor que se propone realizar pintadas en distintos barrios y surge después de las trágicas inundaciones del 2 de abril. El pasado domingo 26, “Volver a habitar” anduvo por Villa Elvira, el barrio de nuestros amigos y compañeros Mercedes Nieto y Marcelo Rabellino. A ellos les tomamos prestadas estas dos crónicas. Una hecha con imágenes y la otra con palabras. Algunas fotos fueron tomadas cuando empezó a subir el agua. El texto y el resto de las fotos son del último domingo.

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Villa Elvira, por Mercedes Nieto

Villa Elvira es un barrio de laburantes. La 122 rodea sus márgenes marcando la línea divisoria con la vecina ciudad de Berisso. Cientos de camiones con acoplado recorren por día su angostura, desde la 32 hasta pasando la 90; cientos también son los accidentes de tránsito que emergen en cada esquina.

En la 76 los vecinos caminan por la calle. Los pibes hacen willi con sus bicis y organizan picados y fútbol-tenis con redes imaginarias. El ferretero de la esquina lleva contados siete robos en lo que va del año, en el último le tiró al ladrón con una llave cruz y le pegó, pero no lo pudo voltear. La nueva vecina, con sus botas en punta, rezonga cada mañana porque los perros le rompen las bolsas de basura. El de enfrente estuvo en cana, él, su hermano, su padre y su abuelo. El de al lado, en sus tiempos libres oficia de animador de eventos; también es un apasionado por los autos y por las fuerzas de seguridad. Mirta puso una verdulería en el garaje de su casa y el huevero a caballo con altoparlante pasa todos los jueves y sábados a $20 el maple. Las nenas hacen los mandados en las mañanas y por el favor, se quedan con el vuelto. Una de ellas fue tía, orgullosa cuenta que su sobrino se llama Thiago, como el hijo de Messi.

Así es el barrio donde hoy hicimos Volver a habitar.

A las marcas del carbón de coque que reafirman “yo estuve aquí” las cambiamos por una paleta de colores que nos recuerda en cada mirada que el dos de abril atravesó nuestras vidas, y que el compromiso solidario como práctica que nos permite asumir que podemos transformar el mundo que nos rodea, sigue vigente.

 

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