La Obra de Cajade dijo “no a la baja” en Diputados

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En la Cámara de Diputados se efectuaron durante el mes pasado jornadas de debate en comisiones sobre el Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil. María Agustina, Gustavo Docters -educador del Hogar- y Jairo Enriqueloza -cantante de “VGH Rap” que vive allí- fueron los voceros de la Obra de Cajade en la audiencia del 25 de abril.

Compartimos el documento que leyeron:

“Somos educadores y educadoras, pibes y pibas del Hogar del Padre Carlos Cajade de la ciudad de La Plata. Las palabras que compartiremos a continuación son fruto de la experiencia acumulada en 34 años de trabajo con niños, niñas y adolescentes de los sectores más vulnerados de nuestra sociedad”.

“Si hoy algunos de nosotros estamos sentados acá es porque nuestra historia de militancia nos obliga a denunciar la farsa de este debate. Porque sólo los que ponemos el cuerpo día a día en los territorios con nuestros pibes y pibas, sabemos cuáles son realmente sus problemas. Estamos acá, sí, a pesar de la farsa. Y nunca es fácil para nosotros dejar la cotidianidad de nuestros hogares, porque nuestros pibes nos necesitan. Hogares donde crecen con un techo, alimento, recreación, educación y salud. De todos modos decidimos venir, porque ese esfuerzo que realizamos no tendría sentido si no atacáramos las causas que llevan a cada uno de ellos a tener que vivir en nuestras organizaciones antes que con sus familias en sus barrios de origen. Estamos acá porque queremos decirles que el problema real es que en nuestro país el 48 % de los pibes y las pibas está por debajo de la línea de pobreza. Ése es realmente el problema”.

“En las barriadas populares nuestros pibes pasan hambre entre otras tantas vulneraciones de sus derechos. Pero otra vez es en su faceta punitiva que la justicia quiere llegar a la vida de nuestros pibes. Queremos usar estos minutos para decirles que no seremos cómplices de un debate que busca ponernos a discutir una agenda que no nos pertenece. No porque no creamos que en nuestro país no sea necesario un nuevo Régimen de Responsabilidad Penal Juvenil, sino porque las intenciones de reforma del régimen están en las antípodas de lo que creemos necesario para nuestros pibes y pibas”.

“El trasfondo de la iniciativa del proyecto presentado por el Poder Ejecutivo sólo esconde medidas de demagogia punitiva, como lo es, entre otras, el intento de bajar la edad de punibilidad. Son medidas que sólo piensan en la tapa de los diarios y en la voracidad de aquellos que sólo piden para nuestros pibes más mano dura. Nos preguntamos entonces: ¿la política pública, los programas de gobierno, se debaten en base a lo que instalan los medios de comunicación o a partir de lo que pasa en la realidad? Si fuera por la estigmatización de los medios, uno creería que salir a la calle es una experiencia de supervivencia frente al ataque de jóvenes peligrosos que acechan todo el tiempo en cada esquina”.

“Les juramos que la realidad no es así y denunciamos los daños irreparables que esta estigmatización genera en nuestros jóvenes. Los invitamos a nuestros barrios y a nuestro Hogar para que lo comprueben ustedes mismos. Sólo basta con ver las estadísticas y saber que, en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, apenas 3 de cada 100 investigaciones penales preparatorias corresponden a los llamados ‘menores de edad’. Y que, si hablamos de delitos graves, esas cifras descienden a una cantidad de casos mínimos. Nos volvemos a preguntar: ¿qué debemos debatir realmente? ¿La política para esos casos excepcionales o las medidas que saquen de la pobreza a la mitad de los niños y niñas de nuestro país?”

“¿Qué les ofrecemos a nuestros adolescentes cuando anteponemos el debate sobre formas de castigo en lugar de discutir de qué modo trabajamos sobre la infinitud de problemáticas que viven cotidianamente frente a un Estado cada vez más ausente en materia de acceso a derechos? Creemos que no se trata sólo de sancionar normativas sino de cumplir con las que ya existen. No vamos a enumerar la cantidad de tratados, convenciones y leyes que deberían garantizar los derechos de nuestros pibes. Preferimos enumerar la cantidad de situaciones en las que esos derechos no se cumplen y debatir qué debemos hacer para que el Estado los garantice. Porque ese 48% no es una mera cifra para nosotros, son Jairo, Mili, David, Mariano, Mailén, Santino, Emilio y cada uno de los chicos que llegan a nuestro Hogar con los efectos devastadores de haber nacido en la pobreza. Son sus historias, sus familias, sus sufrimientos, que conocemos bien de cerca. Y también conocemos de cerca su respuesta cuando se les ofrece la oportunidad de construir desde la inclusión, el compromiso, la confianza, la escucha, la ternura. Apuesta que ensayamos hace más de 30 años y por la que elegimos transitar la mayoría de las organizaciones barriales en las que transcurre parte de la vida de nuestros pibes”.

“Sabemos que la ternura y la garantía de cada derecho pueden revertir aún las situaciones más adversas. Y estamos convencidos que es desde ahí donde hay que dar la pelea para TODOS los pibes, también para esos pocos que cometen delitos. Pensamos en soluciones que busquen restituir sus derechos y que garanticen soluciones de fondo para ellos y sus familias. Políticas de inclusión que restauren las desigualdades, que alojen, que contengan a nuestros pibes. Estas son las políticas de seguridad que creemos fundamental trabajar y que el Estado debe tener como prioridad, en lugar de pretender hacernos creer que la seguridad tiene que ver con políticas limitadas a la persecución penal y a la represión del delito. Como decía nuestro referente y fundador de la obra, Carlos Cajade: ‘No hay que cuidarse de nuestros pibes sino cuidarlos a ellos’”.

 

Recuadro 2: Un rap pa´ que escuche el presidente

Para finalizar el encuentro en Diputados, Jairo compartió unas palabras y cantó un rap que compuso para la marcha “El hambre es un crimen”.

Primero manifestó: “Quiero que quienes instalan en agenda este debate, que quienes finalmente tienen el poder de decisión, sepan que se trata de nuestras vidas. Que están decidiendo juzgarnos antes que escucharnos. Por eso quiero decirles, a mi modo, cómo me siento y qué pienso”.

A continuación entonó: “El hambre es un crimen/y a veces no queda opción,/tantos pibes que se fueron/por querer vivir mejor./Sigo firme en el camino,/convencido siempre voy./Por mi sueño es que yo lucho/para no ser del montón.//Es feo estar solo,/tener frío y pasar hambre./Nadie quiere ayudarte/y la panza es la que arde./Tratás de ser correcto,/el miedo es más grande,/ahí te haces maldito/y todos quieren juzgarte.//Soy uno más del barrio/que dice lo que siente./Este rap es de protesta/ pa’ que escuche el presidente.//Nunca me quedo quieto,/voy siempre pa’ delante./El hambre es un crimen,/lo grita el pueblo y la gente”.

Y concluyó: “Hay que bajar la desigualdad, no la edad de punibilidad. Con ternura venceremos”.

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