“Orgullosos de presentar nuestro proyecto”

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Los pibes de Casa Joven y del Hogar viajaron a Chapadmalal en el marco del programa que Jóvenes y Memoria, que la Comisión por la Memoria realiza todos los años. Ante miles de otros jóvenes relataron todo lo que hacen, cantaron con Alta banda y dejaron su marca en la construcción de una memoria colectiva que apunta al futuro.

Por Josefina Oliva
Producción M. Soledad Vampa
Fotos Manuela Mendy y Comisión por la Memoria

Desde hace cinco años las chicas y los chicos de Casa Joven viajan a Chapadmalal al encuentro que da cierre al Programa Jóvenes y Memoria que organiza la Comisión Provincial por la Memoria cada año y donde jóvenes de escuelas secundarias y organizaciones sociales indagan en el pasado y el presente desde una perspectiva de derechos (ver La Pulseada Nº 116). El grupo viajó esta vez con tres proyectos: por un lado Alta Banda, el grupo de música conformado a partir de los talleres de música que se brindan en la Casa; y por otro un documental Una mirada de lxs pibxs”, sobre Casa Joven. También, en otro de los auditorios estuvieron presentes y activando los y las niñas del Hogar de la Madre Tres Veces Admirable que también contaron cómo es ser parte de la Obra del cura Cajade en su video Vivo en un hogar”.

Lo más difícil fue algunas veces escucharnos, trabajar en equipo, las peleas, las discusiones. A pesar de todo eso pudimos terminarlo y estamos re orgullosos”, cuenta Rocío Rodríguez, una de las chicas del grupo de Casa Joven. Matías Ariel Note, otro de los chicos, contó en el momento previo a mostrar el trabajo: “Costó bastante hacerlo, pero hoy en día estamos acá orgullosos y ansiosos por presentar el proyecto”.

Ante más de mil pibes, Alta Banda sonó en la gran carpa blanca que se arma cada noviembre al frente de los hoteles del Complejo Turístico de Chapadmalal. Sonaron canciones del rock nacional como Un Ángel para tu Soledad, De música ligera, A rodar mi vida, y algunas cumbias que cantaron los chicos que, como una ola del mar en un día nublado, contagian energía para saltear dificultades, crecer y compartir con otras y otros, aprender, y disfrutar.

La experiencia de Casa Joven

A través del documental las chicas y los chicos de Casa Joven contaron lo que hacen allí día a día. Desde un taller textil, en el que aprenden tanto chicos como grandes. Hay mamás que van con sus hijos más pequeños que mientras tanto pasan un rato de juego, aprendiendo así “todos juntos”. Además hay un taller de recreación, al que asisten los chicos más pequeños donde rescatan y despliegan su derecho al juego y la recreación que tienen todos los niños, niñas y adolescentes. “Es un lugar de buena vibra y mucho disfrute, un lugar que los contiene, que los convoca y los llena de amor”, explican los educadores.

También están el taller de batucada, y un taller de serigrafía. En este último los chicos crean sus propios diseños, los arman y los desarman. Se trata no sólo de aprender sino de pensarlo como una posibilidad de salida laboral. “Es una herramienta que nos va a servir para ganarnos la vida porque a veces cuesta conseguir un trabajo cuando no tenés terminados tus estudios”, se escucha en el documental. De los talleres me gusta el de serigrafía porque me gustaría hacerme mi propia ropa. O sea vestirme con mis propios dibujos, exhibir lo que hago, lo que soy”, explica uno de los chicos.

Otro espacio que funciona ahí es un Plan Fines, una posibilidad para que personas adultas terminen sus estudios. Allí asisten personas de 18 a 45 años de edad que están terminando de cursar el último cuatrimestre y serán los primeros egresados. De ese grupo forman parte mamás de chicos que han pasado por la Obra, otras de pibes del barrio y algunas que están transitando su embarazo. “A mí como docente me tocó conocer Casa Joven por los propios estudiantes. A partir de muchos trabajos que comenzamos a hacer y en las producciones de ellos estaba presente el lugar, el espacio”, cuenta una de las educadoras y en ese sentido agrega: “el Fines no es sólo que está acá, funciona, venimos dos veces por semana, nos vamos… el Fines es Casa Joven también”.

De la Casa a las calles

Los jóvenes del Hogar de Cajade llevan su energía a las calles a la hora de reclamar por más derechos, por pibes sin hambre, por más educación, por una vivienda digna, por un estado que los ampare y no viole sus derechos. “En la realización de este documental llegó un día muy importante para nosotros, el día que marchamos por nuestros derechos. Todos los talleres trabajaron en equipo”, dice la voz en off del trabajo audiovisual presentado en Chapadmalal.

Desde el taller textil, hasta el de serigrafía, con la música de la banda y la batucada, todos, desde los más chicos hasta los más grandes, participaron de la marcha del 29 de septiembre con la consigna de “el hambre es un crimen”, que comenzó en Plaza Moreno y terminó frente a la casa de gobierno provincial. Los pibes diseñaron estampas para la marcha, hicieron las pecheras y una bandera.

En un contexto que se volvió necesario salir a la calle, como dice Tomás Bover, uno de los educadores, las pibas y los pibes de Casa Joven marcharon y entre sus consignas explicaron porqué movilizaban: porque “hay chicos que no tienen para comer”; “por trabajo por nuestros papás y mamás”; “por el hambre que hay en el país”; “porque tenemos derecho a manifestarnos”. 


Un espacio de intercambio frente al mar

Desde 2002 la Comisión Provincial por la Memoria organiza Jóvenes y Memoria, un programa a partir del cual los jóvenes investigan y trabajan durante todo el año sobre una historia de su localidad relacionada con los derechos humanos. Al finalizar el proyecto lo muestran en Chapadmalal, donde se reúnen escuelas y organizaciones políticas y sociales de toda la provincia de Buenos Aires. Este año el encuentro se realizó entre los días 4 y 22 de noviembre y asistieron 1.126 equipos de investigación y más de 13 mil jóvenes.

Con la consigna Hagamos la historia. Activemos el presente, Chapadmalal fue una vez más un espacio de intercambio con miles de jóvenes, de otros colegios y diversas organizaciones, cada uno con sus diferentes realidades. El encuentro se planifica en nueve tandas de dos jornadas cada una. Cada día, por la tarde, se proyectan en dos auditorios paralelamente las producciones audiovisuales o en otros formatos como obras de teatro, murales, muestras de fotografías, radios en vivo, libros o revistas.

A partir de un abordaje local los jóvenes cuentan una historia cercana que los identifica, conocen más de sus pueblos, se acercan a sus protagonistas. Entre los temas elegidos se encuentran desde cómo se vivió la dictadura en sus lugares de origen, reconstruyendo la historia de sus desaparecidos, o cómo afectó social y económicamente a sus pueblos, hasta el presente. Los pibes narran también la violencia institucional, la desigualdad y la discriminación, hablan del derecho a la salud y a un ambiente digno y plantean problemáticas de género.

Además de las propuestas que se hacen todos los años -taller de bienvenida y diferentes talleres de producción que van desde fotografía, video, hip hop, movimiento, música, mural y sténcil- esta vez se planearon diversas actividades que fueron desde una radio abierta, donde aparecieron muchos raperos, hasta acciones más espontáneas como intervenciones en el espacio y stencileadas. Los pibes de Cajade se encontraron, además, con la marcha del orgullo y la marcha de la gorra.


Johana y los siete de Pergamino

En la tanda que estuvieron los chicos de Casa Joven hubo dos casos que tuvieron gran resonancia e impactaron en la agenda de los jóvenes. Por un lado el de Johana Ramallo, la joven que está desaparecida desde el 26 de julio y que fue vista por última vez en las calles 1 y 63 de La Plata. Hasta el encuentro viajó Marta, su mamá, que viene impulsando la lucha para visibilizar el caso de su hija y encontrar respuesta en la Justicia (ver páginas 13 a 18).

Otro caso emblemático que se trabajó fueron los hechos conocidos como la Masacre de Pergamino, ocurrida el 3 de marzo último en la Comisaría 1° de esa localidad, cuando se produjo un incendio en el que murieron siete jóvenes que se encontraban detenidos allí como consecuencia del abandono del personal policial (ver La Pulseada Nº 149). Sobre la masacre hubo un bloque especial de trabajos de distintas escuelas que se distribuyeron el abordaje de esos hechos en distintos ejes. Trabajaron unos un video de presentación donde contaban lo sucedido, otros con la crónica de los hechos a partir de la realización de maquetas donde se detallaba todo lo ocurrido en la comisaría, y otros dos grupos reflexionaron sobre los comentarios que circularon por las redes, mostrando el sentido común acusador que responsabiliza a las víctimas. Todas esas producciones se pusieron en diálogo para contar los hechos con profundidad y dedicación.

Los familiares de las víctimas de la masacre viajaron al encuentro para ver los trabajos y se mostraron muy conmovidos con el compromiso de los jóvenes. «Todos los días es un dolor inmenso que combatimos con lucha”, dijo la mamá de Filiberto, que agradeció a los jóvenes. “Ustedes tienen las cabezas abiertas mientras hay otros que tienen las bocas abiertas y las cabezas cerradas”, agregó.


La palabra de los pibes en un manifiesto

La presencia de Marta Ramallo y las mamás de los 7 pibes masacrados en Pergamino conmovieron a los jóvenes que eligieron escribir y pronunciarse sobre eso en una de las producciones que realizan durante el encuentro. Las chicas y chicos que escribieron el documento de cierre de la tanda en el taller de “manifiesto” le dejaron así su mensaje a las familias.

En la redacción del texto participaron chicos y chicas del merendero «El Mate Popular» de Los Hornos, de la comisión por la memoria de Pergamino, y del proyecto de extensión Las Quintas. 

1

¿Qué nos queda a los jóvenes hoy?
¿la pobreza? ¿La violencia? ¿la indiferencia? ¿Que nos traten de vagos?
En un barrio y en un mundo desigual
Nos queda seguir adelante aunque nos duela, sin importar las críticas
No bajar los brazos, salir a las calles
Nos queda la plaza, la escuela y el club
expresarnos para romper los estereotipos y liberarnos

2

¿Qué nos queda a los jóvenes cuando nos dejan morir encerrados en la celda de una comisaría?
¿la cárcel? ¿la muerte? No merecían morir así, no merecían esa tortura,
ningún pibe merece la muerte
Son muertos en pena
Jóvenes detenidos por causas sin sentido
sin condenas, ellos se los llevaron
Ellos son parte del estado, se supone que nos cuidan
pero no nos cuidan, se cuidan
y nosotros gritamos: JUSTICIA POR LOS 7

3

¿Qué nos queda a los jóvenes cuando la mamá de Johana tiene que salir a buscar sola a su hija?
¿El miedo? ¿resignarnos a un estado ausente? ¿la complicidad de la justicia?
Nos queda el deseo de transformar la realidad en que vivimos
El compromiso, las redes, la organización
La solidaridad, la valentía para reclamar
Gritar para que el estado nos escuche:
(tambores)
¡¡JOHANA!!!!, ¡¡QUE APAREZCA!!

4

¿qué nos queda a los jóvenes hoy?
Ser joven no es fácil,
ser joven es pelear con los mayores, discutir con amigos,
¿es ser terco, cerrado, sentimental?
También es experimentar,
aprender, sentir, ser libre, comprender, crecer
Ser joven definitivamente es difícil.
Entonces, ¿Qué nos queda?
Nos queda el corazón, la rebeldía, la música
Nos activa ser libres para pensar
Ponerse en el lugar del otro
Luchar por nuestros derechos
Protestar, sacarnos las etiquetas
Sembrar el presente para construir la historia
¿ya a ustedes … qué los activa?


«Divertirnos y pasarla genial»

Chapadmalal para los pibes es Chapa, y allí suceden muchas cosas. Es un encuentro con otros que estuvieron trabajando todo el año como cada uno de los grupos que asisten al Programa, es compartir y es participar. Es reír y es aprender. Es conocer otras experiencias, es disfrutar.

Para los pibes de Casa Joven también fue bañarse en el mar “a pesar de la lluvia, de que se puso el sol y de que estaba fresco”. Es cantar con Alta Banda ante miles de pibes con historias diferentes, y al mismo tiempo poder contar la propia. Es, en palabras de Rocío Rodríguez, «poder compartir con los educadores, con otros chicos, risas, buenos momentos. Lo más importante es divertirnos y pasarla genial».

Los chicos y educadores de la obra que trabajaron en el proyecto y viajaron a Chapadmalal son: Lucía Belauzaran, Matías Note, Tomás Bover, Rocío Rodríguez, Milagros Aizcorde, Alan Ocampo, Jonatan Castro, Camila Trebucq, Candela Barriach, Graciana Zarauza, Gastón Nis, David Viega, Camilo Ospina, Milagros Poratto, Abraham Watson, Brenda Gutierrez, Facundo Gatica, Marcelo Serena, Ayelen Nievas, Lucía Mariani, Tomás Binaghi, Diego Herrera, Diego Valdez. 

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