El latir de la memoria

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«Inacayal, la negación de nuestra identidad», narra la vida del cacique mapuche que terminó capturado durante la campaña militar de Roca y puesto en cautiverio en el Museo de La Plata como trofeo de guerra. Sus realizadores, Myriam Angueira y Guillermo Glass, reclaman por la restitución completa de los restos humanos que aún se conservan en museos, como parte de una reparación histórica todavía pendiente. El documental se presentará por primera vez en nuestra ciudad el 18 de mayo en otra de las actividades previstas por los 10 años de La Pulseada.

 

Por Josefina Garzillo

 “No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan,
por mucho que la mientan, la memoria humana se niega a callarse la boca.
El tiempo que fue sigue latiendo”

Eduardo Galeano

 La comunidad mapuche es la protagonista del documental de Myriam Angueira y Guillermo Glass, que gira en torno a la vida del cacique Modesto Inacayal, guerrero huiliche, héroe patagónico silenciado, secuestrado por la campaña militar de Julio Argentino Roca en 1880 y obligado al cautiverio hasta su muerte, en el Museo de la Plata (La Pulseada 43), institución que guardó –y exhibió- sus restos como “trofeo de guerra” durante más de un siglo.

Las imágenes de lagos, montañas y tierras del noroeste de la actual provincia de Chubut dan inicio al documental. Tecka, cerca del Lago Nahuel Huapi, fue el espacio de vida y resistencia de Inacayal y su comunidad, y uno de los sitios donde se ejecutó el primer genocidio cometido por el Estado argentino en lo que definió como su territorio.

“Julio Roca quería algo épico, quería ser Napoléon. Necesitaba 200 hombres y llevó 6.000, en una campaña de exterminio que fue cofinanciada por la Sociedad Rural y firmada por el bisabuelo de Martínez de Hoz”, explica Marcelo Valko, uno de los investigadores que pone su voz en el documental, junto a Osvaldo Bayer, Walter Delrío y los integrantes del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (GUIAS). Las consecuencias: 41 millones de hectáreas arrebatas, posteriormente regaladas o vendidas a 1800 terratenientes, unos siete campos de concentración en Junín, Olavarría, Isla Martín García, Trelew, General Conesa, Valcheta y el Tigre, y 19 mil muertos. «Querían tierra para que sus vacas coman pasto”, sentencia Valko.

Inacayal, la negación de nuestra identidad es una crónica de ese horror: pone al descubierto la codicia civil y militar, la discriminación, las torturas y otras aberraciones avaladas por el Estado, parte del periodismo de la época e incluso instituciones “científicas” como el museo platense.

A través de sus 48 minutos, el film recoge testimonios de varios integrantes de la comunidad Mapuche-Tehuelche de Chubut y Bariloche, que reconstruyen la historia de su pueblo y la persistencia de la opresión. El más estremecedor es el discurso de agradecimiento que Mercedes Nahuelpan, nieta de Inacayal, pronunció en 1994 durante el acto en que supuestamente se restituyeron los restos del cacique, en la localidad de Tecka. La reparación que no existió es uno de los ejes central del documental: doce años después de aquella ceremonia, el trabajo de GUIAS descubrió que el Museo platense aún conserva el cerebro y el cuero cabelludo del lonko Inacayal.

“El trabajo nos convirtió en militantes de la causa por la restitución”, explica la documentalista Myriam Angueira, en los pasillos del espacio INCAA de Buenos Aires, luego del preestreno. “La ciencia no tiene justificativos para tener restos humanos dentro de los museos. Esto es algo mucho más profundo, se está pidiendo un poco de humanidad, donde nunca la hubo, como parte de una lucha contra la discriminación que continúa presente”.

Angueira asegura que la desestimación es una constante: “Grabando nos ocurrió que un intendente de Chubut nos dijo ‘muy lindo que hagan algo sobre Inacayal, pero esto de pedir por la restitución es muy morbo´. El hombre que pensaba esto era muy peronista, en su despacho tenía una foto de Perón y le respondí: ‘Escucheme señor, si encontramos las manos del General, ¿qué hacemos, las vamos a tirar? Si sabemos que los restos están, ¿cómo no se van a devolver? Esa anécdota para nosotros fue muy fuerte porque demuestra la vigencia que tiene el pensamiento opresor dentro de nuestro pueblo”.

El documental pone el foco justo donde la historia oficial ha intentado instalar el silencio: “no somos un estado blanco que sólo bajó de los barcos: más del 50% de la sociedad tenemos sangre indígena. El genocidio de fines del siglo XIX, vuelve a repetirse 100 años después, con el engaño. Si no hay justicia, el ciclo se repite”.

En el diálogo con La Pulseada, Marcelo Valko aprovecha para dejar en claro: “No vamos con mentiras, no vamos con la infamia, esto no es una venganza; es la historia. La obra maestra de la oligarquía se está quebrando. Anteojito ya no va más, Kapeluz tampoco. Acá viene otra historia, una que va a probar lo que sucedió. Lo que sucedió es un horror, porque todo se hubiera hecho del mismo modo sin los robos de chicos, sin contagiar de viruela a la gente”. Y celebra el latir del audiovisual: “Los documentales llegan, son más potentes que los libros, van a entrar en las escuelas, la historia va a cambiar y vamos a tener ese país fraterno que pensaban Moreno, Castelli y Belgrano, cuando decretaron la abolición de la esclavitud y la tortura. Vamos a volver a ese país fraterno gracias a los trabajos como éste».

 

El proyecto

En 2010 Guillermo Glass y Myriam Anguerira se presentaron a un concurso convocado desde el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) por el Bicentenario. Con la temática El Camino de los Héroes, Inacayal fue seleccionado para representar a Chubut dentro de un proyecto que involucra a documentalistas de todas las provincias del país. “La mayoría está orientada a trabajar sobre figuras regionales silenciadas. En nuestro caso, cuando nos enteramos de la convocatoria, el nombre de Inacayal surgió de inmediato. Guillermo Glass es de Chubut, Leonardo de Bella, que se encargó de la investigación, tenía muy presente la historia, y yo venía de una relación de amistad con la familia Nahuelpan y la comunidad mapuche por trabajos anteriores», cuenta Angueira.

Los testimonios fueron filmados entre septiembre y diciembre de 2010. “Una vez que terminamos el montaje, entregamos el máster y ahora estamos esperando el estreno definitivo. Mientras tanto buscamos mostrar la película en distintos ámbitos para que Inacayal comience su viaje» explica la realizadora.

Algunos de los materiales de esa convocatoria ya se están presentando dentro de las salas del INCAA y otros aún se encuentran en proceso de realización. Cuando todos hayan concluido, se prevé la proyección de la totalidad de las series en el canal público de televisión digital INCAA TV.

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