El acceso al suelo en la zona donde todos vuelan

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111-TierrasEl barrio Los Robles debería estar urbanizado y 170 familias deberían tener su título de propiedad. De haber cumplido el Estado un convenio que firmó, los vecinos estarían ejerciendo el derecho a un techo propio que pelean hace años. Toma de tierras y ausencia de política habitacional, a metros del aeropuerto platense. Sólo un caso, en una ciudad con no menos de 15 barrios en procesos de desalojo y muchos más que siguen sin papeles.

Por Javier Sahade

Producción J.S., Carlos Sahade, Josefina López Mac Kenzie

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La vieja pava protesta en la hornalla. Pasaron pocos minutos de las 3 de la tarde y junto a la puerta, pegado a un antiguo sillón de cuero destartalado, un perro cansado nos mira con sospecha. Nos deja pasar. Un rato después encendemos el grabador de La Pulseada junto a un mate dulce. En un mueble, al lado de una foto del Che, suena “A dónde van los desaparecidos (….) porque no todos somos iguales”. Es FM Resistencia (La Pulseada 91), la radio comunitaria del barrio. La puerta queda abierta. En frente, la placita, el centro cultural donde funcionan talleres, una merienda para los pibes y la radio. Es 16 y 609, el corazón de Los Robles, a pocas cuadras del aeropuerto de La Plata, último rincón de Altos de San Lorenzo, pegado a Villa Elvira… donde unas 170 familias pelean hace 6 años para ejercer su derecho a la vivienda.

“Yo fui una de las primeras en tomar el lugar y hacerme mi casa —cuenta Inés Tonarelli mientras, empoderada con su pava quejosa, ceba y convida—. Con mis hijos no teníamos dónde vivir y la toma la iniciamos con otros vecinos de la zona”. Los Robles es un barrio y no un asentamiento, aclaran los vecinos. El objetivo fue organizar las casas con sus calles delimitadas y una plaza central, a la que llamaron Barragan en homenaje al “abuelo” del barrio, el primer vecino que se ocupó de ese espacio verde; un referente querido por todos.

Ante el riesgo de desalojo, debieron organizarse y con la llegada del abogado Sebastián Cuccia formaron Resistencia Cultural Barrial (RCB), integrada hoy por otros cuatro barrios de la región. RCB reúne a unas 800 familias que, sin techo propio, ocuparon tierras que estaban inútiles, están por ello en peligro de desalojo —procesos a veces motorizados por particulares y otras por funcionarios— y se agrupan para disputar políticas de tierras.

Con lucha, lograron firmar un convenio de urbanización inédito en el ámbito bonaerense, del que formaron parte vecinos, el titular de las tierras, la Provincia y el Municipio. En septiembre se van a cumplir dos años del acuerdo según el cual un grupo de vecinos pagaría $12.000 en tres años y las familias que no pudiesen pagar recibirían un subsidio provincial. Pasarían a ser propietarios de tierras con infraestructura acorde a sus derechos.

Pero las autoridades municipales y provinciales incumplieron su parte. Uno de esos compromisos era una obra hidráulica que dejara apta la zona para habitar y permitiera levantar la restricción que tiene el titular registral, la empresa financiera Villa Montoro Sociedad Anónima, para vender. La obra no se hizo y el 2 de abril Los Robles también sufrió “el naufragio”.

El agua y las obras

—¿Se inundaron?

—Sí, pero no figuramos en la zona de inundados —responde Sebastián Cuccia.

—¿Hay una obra hidráulica que no se hizo?

—Sí. Nosotros tenemos un zanjón que tiene dos metros, donde los chicos pescan, que va de 610 a  605. Ahí muere. Recibe todo el agua del sector quintas, el aeropuerto, que fijate, el día de mañana que sea internacional, más agua todavía. Corta en la 605, no continúa 800 metros y desemboca en el Maldonado. Corta ahí, muere ahí.

—¿Qué hay ahí?

—Un campo. Se forma una laguna y rebota el agua. Ese es el saneamiento hidráulico que exigen para que puedan levantar las restricciones. Había certificaciones truchas que decían que esa obra la habían hecho… El convenio obligó al Municipio a hacer esa obra. Lo que nosotros decimos es que por la envergadura hidráulica también es una obligación provincial.

—¿Hasta dónde llegó el agua?

—Hasta acá, justo… En esta casa entró un poco de agua, pero a los que más les llegó el agua es a los que viven junto al zanjón, que para nosotros es un arroyo —dice Inés Tonelli.

—¿Cómo es eso de que no figuran en la zona de inundados?

—Fijate la paradoja. El Municipio no nos pone como zona inundada, pero Los Robles fue subsede del COL (Centro de Organización Local), para recibir las donaciones.

—¿Por qué no los reconoció el Municipio?

—Porque si nos reconoce… Acá no cayeron 300 milímetros. En el Aeropuerto lo miden y fueron 180… pero nos inundamos hasta dos metros adentro de la casa y dos meses antes también nos habíamos inundado. Entonces, si nos inundamos acá, esto no es culpa de la lluvia. Si la obra estaba hecha no nos íbamos a inundar.

“La solución no es la toma de tierras”

Mientras en la casa de Inés y Mijael la pava vuelve a silbar en el fuego, a pocas cuadras un vecino termina de subir con tierra el terreno de su casilla y otro prende un cigarrillo y mira por enésima vez la pila de ladrillos sin usar.

Las 170 familias del lugar exigen su “derecho a la ciudad”, como repite Cuccia. Lo reclaman hace años, cuando en la placita había robles que llegaron a darle nombre al barrio y se murieron poco después de haber sido plantados en tierras poco fértiles. “La solución al problema de la vivienda no es la toma de tierras —explica Cuccia—. Hay que luchar para crear políticas de vivienda. ¿Por qué la solución a la falta de un derecho tiene que ser generar? Me parece que en el fondo son triunfos que esconden derrotas. Es como pelear para crear comedores o centros de día y no por los derechos de la niñez”.

“En el fondo —continúa— es como la industria del pobre. Estamos en Los Robles desde 2007, peleando. Llegamos a firmar el primer proyecto urbanístico en la Provincia ante el Gobernador, hace dos años, y todavía el Estado no cumplió una sola de sus obligaciones. Absolutamente nada hicieron. Ahí tenés claramente la falta de decisión política de resolver estos problemas. ¿Qué hacemos con ese convenio incumplido, o con barrios que están hace 3 o 4 años frenando el desalojo? La ley de expropiación es de la dictadura y tiene que ser modificada. Además es una trampa. Porque solucionamos el no desalojo, tenemos una hermosa ley durante 5 años, pero nunca se implementa.

—¿Ustedes la ganaron esa ley?

—Sí, pero después la vetó el Gobernador porque decía que no tenía recursos. Hasta 2010, Scioli vetaba todas las leyes de expropiación… Todas. A partir de 2012, las empieza a aprobar. ¿Por qué? Porque en 2010 si la aprueba, después tiene el problema en su segundo mandato; ahora, un tercer mandato no va a haber. Entonces si ahora lo aprueba, no soluciona, no le explota el quilombo y lo pasa para otro lado. Sale la ley de expropiación —explica el abogado— se frena el desalojo, pero durante 5 años el Estado te dice ‘ah, no, hasta que no pague no puedo intervenir porque eso sigue siendo tierra que no es del Estado’. Como no paga en esos 5 años, está justificado perversamente el Estado para no hacerte una calle, para no ponerte la luz, para no ponerte el agua. Entonces, esta ley de expropiación tampoco es una solución.

La respuesta de los funcionarios, plantea Cuccia, “muchas veces es ´bueh, pero de ahí no los desalojan más. Ya está… ¿Hace cuántos años están?’. ¡¿Pero qué tiene que ver?! ¿El derecho a la ciudad? ¿El derecho a tener un papel? El plan nacional Procrear, por ejemplo. Acá en Los Robles, si se hubiesen firmado los boletos de compraventa, muchos vecinos podrían haber iniciado la construcción con ese programa. Hay muchos vecinos de acá que son de la administración pública.

—Si el gobierno hubiese cumplido el convenio de urbanización habría viviendas de Procrear en Los Robles…

—Claro. Fijate la cantidad de derechos que se coartan. La Plata es una ciudad con no menos de 15 barrios con procesos de desalojos. Y barrios que hace años que están constituidos y siguen sin papeles. Nosotros planteamos que es la tierra o nada. A nosotros venían y nos ofrecían cooperativas o esto, lo otro. Nosotros le decíamos “no, es la tierra”. Ahí te das cuenta de que en todos los Estados (provincial, nacional o municipal) no es que no hay políticas, hay políticas, pero contrarias al acceso a la tierra. Se priorizan los negocios inmobiliarios. Con esas corporaciones todavía no se ha metido nadie (ver aparte).

“Ojos de cielo, ojos de cielo, no me abandones en pleno vuelo”… Abel Pintos en FM Resistencia. La puerta sigue abierta. Aterriza un helicóptero a pocas cuadras de la plaza, donde el otoño ya se robó el verde.

“En diciembre pasado, con el apoyo de muchos sectores políticos y sociales, se aprobó la ley del Acceso Justo al Suelo —dice Cuccia—. Nosotros reclamamos su reglamentación. La norma incluye la realización de un censo, un registro de asentamientos que va a visibilizar un problema. Creo que eso va a desbordar y ahí por fin podremos llegar a que se declare la emergencia habitacional”.

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One commentOn El acceso al suelo en la zona donde todos vuelan

  • Gracias por permitirnos hacer publica nuestra realidad y lucha, gracias por acompañar las luchas populares.
    Resistencia Cultural Barrial
    resistenciaculturalbarrial.jimdo.com

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